En regiones con alta estacionalidad, el aumento de residuos turísticos puede saturar infraestructuras y afectar a la comunidad local. Roll’eat anima a los viajeros a incluir en su equipaje productos que, además de ser prácticos, refuercen su compromiso con un turismo más consciente, según su fundadora, Meritxell Hernández
Mientras Europa se prepara para una nueva temporada estival con previsiones de alta afluencia turística, la conciencia sobre el impacto ambiental de las vacaciones se convierte en un imperativo. En un escenario de creciente preocupación por el overturismo y la ingente generación de desechos, las soluciones reutilizables se posicionan como un aliado indispensable para aquellos que aspiran a explorar el mundo de forma más sostenible, ligera y sin dejar una huella ambiental.
La actividad turística genera un volumen considerable de residuos. El informe Sustainable EU Tourism – Shaping the Tourism of Tomorrow de la Comisión Europea, que ahonda en los desafíos y mejores prácticas en el turismo sostenible europeo, revela datos alarmantes. Se estima que en Europa cada turista genera al día aproximadamente 1 kg de residuos sólidos, aunque en otros destinos esta cantidad puede llegar hasta a los 12 kg.
«Estas cifras obligan a actuar con urgencia. En Roll’eat apostamos por una filosofía de menos peso, menos residuos y más planeta, una llamada a la acción para quienes aman viajar», explica Meritxell Hernández, fundadora y CEO de Roll’eat. «Hemos visto cómo la concentración espacial y temporal de visitantes, sumada a la oferta turística y los hábitos de consumo, influye directamente en esta problemática. El objetivo es que cada persona se convierta en parte de la solución».
Según el informe, una de las principales fuentes de residuos en el turismo son las propias actividades de ocio de los turistas, como el senderismo o la natación, que contribuyen al littering (el abandono de basura en parques, bosques, playas y otros lugares), un problema especialmente perjudicial en zonas costeras. «En regiones con alta estacionalidad, el volumen de residuos generados por turistas puede saturar las infraestructuras de recolección y gestión de desechos, degradando el destino, generando mayores costes y afectando a la aceptación del turismo por parte de la población local», apunta Meritxell.
La economía circular al servicio del viajero consciente
La problemática de la ‘basura dispersa’ y la sobrecarga de las infraestructuras de residuos son desafíos palpables en muchos destinos. La economía circular emerge como una solución innovadora y esencial a ello, extendiendo el ciclo de vida de los productos para desacoplar el crecimiento económico del uso intensivo de recursos.
«Desde Roll’eat ponemos un granito de arena con soluciones como los porta-bocadillos y porta-snacks reutilizables, esenciales para evitar que los plásticos y envases de un solo uso terminen contaminando las playas y parques», expone Hernández. «Cada artículo de Roll’eat está diseñado para ser una pieza fundamental en el equipaje sostenible, ayudando a los viajeros a vivir la economía circular en su día a día y a aligerar su carga, tanto física como ambiental».
Para alejarse del modelo económico del ‘tomar-hacer-usar-desechar’ es importante abrazar la tendencia de viajar ligero, que a menudo responde a una búsqueda de mayor comodidad y eficiencia, pero que a la vez se entrelaza de manera inseparable con los principios de la sostenibilidad. Un equipaje optimizado, que prioriza la funcionalidad y la reutilización de productos es por naturaleza más ecológico.
«Roll’eat invita a los viajeros a repensar su lista de imprescindibles de verano, incluyendo en ella piezas que no solo les hagan la vida más fácil, sino que también fortalezcan su compromiso con un turismo más respetuoso y consciente», añade Meritxell. «Al elegir estos productos, los viajeros se alinean con esta visión, apoyando la prolongación de la vida útil de los materiales y dando un paso simple, pero poderoso hacia un turismo que regenera, en lugar de agotar«, concluye.